
Equipos españoles TM30 y TM50, con Ana Roldán, después de su participación en el campeonato de Europa de Veteranos por equipos © EJU
Todo el peso que llevan nuestros veteranos a la espalda es lo que hace a estos deportistas tan especiales. Son todo un modelo a seguir.
Hace algún tiempo escribí sobre la importancia que tienen los deportistas veteranos en los clubes y los beneficios que obtienen de la práctica deportiva. El pasado mes de junio tuve la gran suerte de poder acudir al campeonato europeo de veteranos en Croacia. En éste pude observar lo valioso que resulta la competición para muchos de nuestros deportistas más experimentados.
Durante la competición contemplé la gran carga emocional que presentaban los judokas de todos los países. Cada uno expresaba de manera muy diferente sus emociones, pero no había duda de que todos las poseían. Vi llorar y vi reir por ganar un combate, contemplé la rabia y la frustración por perder, desde las lágrimas más sinceras hasta el desconcierto más grande al contemplar el resultado final.
Siempre creí que las personas más experimentadas, como son muchos de los judokas masters, estaban acostumbrados a lidiar con la carga emocional que conlleva un campeonato de este calibre. Pero debemos de ver más allá.
Las vidas cambian, el trabajo, la familia, incluso nuestro propio hogar. Encontrar tiempo para entrenar para la competición de este nivel es algo muy complejo, pero no imposible. Todo el peso que llevan nuestros veteranos a la espalda es lo que hace a estos deportistas tan especiales. Son todo un modelo a seguir.
Si nos paramos a pensar, no es de extrañar que en los campeonatos de veteranos las emociones estén a flor de piel y por tanto estos judokas precisan de más apoyo del que creemos inicialmente. Se esfuerzan mucho más de lo que creemos por estar ahí, luchan por su hueco en la historia del judo, y esto es lo más insipirador que me he encontrado nunca en el mundo deportivo.
Sois una inspiración, un ejemplo para los más jóvenes y para los no tan jóvenes.
El deportista veterano debe tomarse la competición como un reto, una manera de superarse a sí mismo. Es posible mejorar las capacidades y superarse una vez más. A pesar de que las medallas son un buen motivador, no se debe centrar el objetivo en la consecución de dicho premio. El logro es hacerlo lo mejor que se pueda, entrenar la técnica buscando la excelencia, ir a entrenar y demostrar que es posible compaginar vida y deporte, el logro es tener el valor de ir a una competición.
Estos judokas deben crear metas claras y realistas, tanto a corto como medio y largo plazo además de poseer motivaciones intrínsecas (aquellas que nacen de nuestro interior, por ejemplo hacer deporte por que disfrutamos entrenando). Ir a competir no sólo por ganar, sino por todas las experiencias que se adquieren en ella, establecer metas que nos creen un reto pero sean alcanzables, disfrutar entrenando, etc. Son sólo un ejemplo de lo que los judokas pueden trabajar para llegar a conseguir metas tan complejas como pueden ser competir a un buen nivel en un campeonato internacional.
Este artículo es para todos nuestros veteranos, para ti Alberto López Polo “Pitu”. Nunca dejeis de pelear. Sois una inspiración, un ejemplo para los más jóvenes y para los no tan jóvenes.
Teresa López Allegue
AD Judo Ferrolterra